jueves, 19 de marzo de 2015

Arturo

Nunca había sido más claro para mí eso que dicen de que la vida es efímera. 
Es más que eso, un abrir y cerrar de ojos. Cuando menos te lo esperas ya no estás donde estabas, todo cambia, todo acaba.

El domingo 15, se fue uno de mis amigos. Se fue a un lugar mejor, se fue para no volver. Que duro es decirlo. Aún no lo asimilo. 
Mi amigo, mi querido gordito ricotón,  mi Arturito. El de la sonrisa más linda, el de los abrazos largos y cálidos, el que siempre me decía piropos, el que siempre encaraba todo, el que nunca tuvo pelos en la lengua.

Como no pensar que la vida es cortisima, si te haz ido tan joven, si te fuiste tan pronto, aún tenias sueños y metas por cumplir, aún habian razones para que nos sigas dando lo más bello de ti, aún teniamos momentos por compartir, aún no era tu tiempo talves. Probablemente Dios lo quiso asi, Dios dispuso y Dios lo hizo. De seguro te necesitaba, de seguro hacia falta en el cielo un angel lleno de energias para hacer reir al resto. De seguro donde estás todo es lindo y tienes muchas angelitas bien ricas y apretaditas por molestar. Debes estar en tu gloria, literalmente mi querido gordito.

Acá nos quedamos los que aún tenemos misiones, los que aún tenemos la batalla de la vida. Y bien sé que debemos vivir aprovechando cada momento, asi como tú, tú siempre veías el lado amable y gracioso a la situación, siempre a tu forma pero eso no quiere decir que nos sea facil dejarte ir, el corazón se apreta cuando se trata de soltar lo que uno ama, lo que uno quiere. Sé que irá pasando el tiempo y siempre te recordaremos de la misma forma, asi todos estemos por todos lados. Siempre te llevaremos en el corazón. Parecen palabras hechas, pero no lo son. Yo te hablé, yo cerré mis ojos para poder verte cuando me enteré que partiste, te pedí perdón por estar lejos y por no haber intentado verte una vez más, al mismo tiempo te prometi jamás olvidarte, jamás borrar tu sonrisa de mi mente y sobretodo amar y aferrarme a la vida porque quiero que cuando nos reencontremos te pueda contar todo. Estás a solo unos pasos nuestros y quien sabe si mirando cada uno de nuestros movimientos. Te he pedido que nos cuides, que nos protejas. Que seas un angel. Un angel de sonrisa eterna. Te llevaste un pedazo de mi amor, todo el cariño y respeto que he sentido por ti ya están contigo.


Espérame, espéranos
Por siempre.


Que rico, que rico.