viernes, 28 de agosto de 2015

La verdad de la milanesa.

Hace tiempo no escribo aquí, he preferido mis hojas de papel. No he querido contar por este medio la realidad de la situación por la que atravieso, tal ves por pena ó porque en el fondo no quería aceptarlo, ó que sé yo. 
Hoy de madrugada, me dieron ganas de zafarme de eso y escribirlo, porque sé que no todos saben y muchos se preguntan ¿Que le pasó?... y no hay respuesta, probablemente ninguna de parte mía ni de nadie que me rodea. He querido ser hermética, mantener reserva y es por no querer ocasionar dolor en la gente que me quiere. Pero realmente ahora que más da, decirlo ó no, es irrelevante. Prefiero esto, a estar en secretos ó en adivinanzas, ó peor aún que nadie nunca entienda... pienso que es justo que las personas comprendan y sepan como es esta enfermedad, que no siempre funciona todo como uno quiere y que definitivamente se puede ser más fuerte de lo que uno ya es. 
Yo realmente pensé que antes fui fuerte, muy muy fuerte, pero no tenía idea de lo que era eso -y ahora (hace unos 4 meses) que me vi hundida, con el corazón destrozado y la mente echa un caos, pensé que nunca volvería a dejar de llorar por las noches, pensé que todos mis miedos me mataban día tras día, pensé que las cuatro paredes a las que miraba todos los días eran mi único mundo y no, no es así, hay otro mundo allá afuera, un mundo acelerado que no espera que tengas 2, 24 ó 30 meses de vida para hacer realidad todos tus sueños, ese mundo avanza y la gente que vive en el de igual forma.

Hace 4 meses recaí, los resultados de los que hablé en algún post anterior, fueron los peores. Jamás pensé que un dolor minúsculo en mi pierna izquierda iba a ser lo que el dr. me dijo. Yo pensaba que tanto yoga me había contracturado los aductores ó en fin algún otro músculo, sin embargo mi 6to sentido me hacía tener miedo y no comprendía bien porque, hasta que escuché: "Ale, esto no es nada fácil, el resultado es una METASTASIS OSEA en el acetábulo del fémur"... mi mundo se hizo mierda una vez más. Un día antes a ese día, por ese mismo 6to sentido del que hablo, fui a ver a mi psicóloga, necesitaba exprimir mis miedos y sobretodo necesitaba respuestas, tenía cierto porcentaje de esperanza, sin embargo, muy calculadora y friamente, me puse en la situación de la puta metástasis y mi doctora me dijo: "no te ahueves, que esa palabra no te asuste y pregunta todo lo que quieras"... aún recuerdo que en mi hoja enumerada por guiones había escrito cosas como: "pronóstico de vida, posibilidades de una vida normal, movilización, tratamientos biológicos, alternativas internacionales, etc...". La verdad es que no pensé que sacaría esa lista. Antes de entrar al consultorio, hablé con Nadia y con Ana Paula para apaciguar los ánimos entre bromas, entré serena y en medio del espanto de la noticia y del acongojamiento de mi mamá, saqué mi lado cuerdo y toda emputada empecé a decirle al doctor todo lo que decía en mi lista...  "NO QUIERO QUE ME PASEEN" le dije, "quiero la puta verdad... quiero que me traten como una señorita de 25 años, no quiero mentiras..." el doctor, mi querido dr. Pardo (traumatólogo oncólogo de los mejores), desconcertado y con pena, me dijo amablemente, que todas esas respuestas las encontraría con mi doctora Claudia, mi oncóloga clínica de cabecera, la misma que ya sabía todo y que solo estaba a la espera de que la vaya a ver. 
Salimos del consultorio y le pedi a mi mamá que tenga fe, la sujeté fuerte y le dije vamos y oculta lo que nos dijeron, que mis tíos allá afuera no sospechen nada. Mientras esperaba el auto de mis tíos, llamé a Ana Paula y le conté lo que me dijeron, me reí  -no sé si de nervios- pero escuché un silencio y luego una voz temblorosa, sé que ese día le partí el corazón a mi mejor amiga. En el transcurso de ir a ver a Claudia, me puse mis lentes oscuros, tomé la mano de mi mamá, escuché "kiss me" de Ed Sheeran y lloré, lloré bajito y sentía que la vida se me iba de las manos una vez más. No podía entender como Dios pretendía hacerme lidiar con todo lo que se veía venir. Llegué a ver a mi doctora y su rostro apenado era ese que ya había visto antes, la noté descompaginada, me pidió perdón, me dijo que nadie esperaba esto, que por último esperó una metástasis pulmonar pero no de este tipo, que es todo extraño y muy singular, que ya se había contactado con un dr, que chequea mi caso en USA y luego vino esa frase que jamás me olvidaré... "Ale, en este estadio de la enfermedad, yo ya no puedo curarte, solo podemos controlarte"... la miré profundamente y sé que ahí empezó un resentimiento absurdo con ella que luego desembocaría en peleas y mandadas a la mierda pero de esas que son muy feas. Entendí solo el 60% de todo lo que dijo... dictaminó más exámenes, unos mapeos genéticos, otros exámenes en el extranjero y sobretodo nuevas imágenes para localizar donde más había daño óseo. Salí del consultorio muy seria y sin llorar, estaba en shock, ni siquiera sé como llegué a la casa. Solo recuerdo que reaccioné cuando mi padrino entró a despedirse de mí, fue como si resucitara en llantos, me hiperventilé y me dieron un calmante. Dormí y dormí. Los dias siguientes pasaron como si soplara el viento, los sentía livianitos, solo lloraba y no comía. Sentía que mi existencia se iba carcomiendo. Lo que vino después fue enterarme que el daño óseo no solo estaba en mi cadera sino en dos vertebras de mi columna, por ende el dolor iba acrecentando con el pasar del tiempo. No pude caminar, era insoportable. Me tuvieron que internar para controlarme con morfina. Se procedió rapidamente con la radioterapia intensiva por 3 semanas. Me la pasé en la clínica casi dos meses, entre deshidrataciones y transfusiones de sangre, entre vómitos e inapetencias, entre sin poder caminar y fisioterapias, entre peleas con todos los doctores por mi poca atención a lo que me decían, entre ver a mi mamá llorar al pie de mi cama y verme a mí sin un ápice de interés en mi misma. Parecía que no quería vivir, parecía que se me había olvidado quien era. ¿Y como no? Como me dijeron, la vida te ha golpeado y te sigue golpeando, y que haces? Das la otra mejilla? Yo no daba solo eso, creo que daba todo el cuerpo. Y era porque los dolores físicos me aniquilaban, me consumían. Cada noche tenía miedo de morirme, cada noche me preguntaba hasta cuando. No había mejora, no existía día en que no vomitase algo, la puta madre estaba tan cansada de vomitar tanto. Estaba podrida de estar en cuatro paredes. Quería largarme y abandonar todo. Y asi lo hice. Fui y le dije a mi doctora que no le encontraba sentido a todo lo que hacían, que para mí era perder más el tiempo en lugar de aprovecharlo. Me sentía ofuscada porque mi vida se veía limitada, no podía ni puedo excederme caminando menos usando mi columna. Encima tenía que usar un corset para corregir todo lo que el puto cáncer le hizo a mis vertebras. Entonces yo me preguntaba para que hacer todo si finalmente me iba a morir?... Las posibilidades de pronóstico de vida en gente como yo es pobre, muy pobre. Nadie me va a decir la cantidad exacta. Unos dicen 24 meses, otros dicen 30, otros dicen años. Yo no les creo a ninguno. Pensaba en que no quería estar otra vez lejos de mi familia, por más acompañada que estuviese en Lima no me sentía lo suficientemente fuerte como antes, pensaba en que no podría ver nacer a mi ahijado, me perdería momentos con mi abuela, con todos. Pensaba en que todos los sueños se truncaban una vez más y me llenaba de cólera, de impotencia, de rabia. Y cuando le dije eso a Claudia, ella me propuso algo que cambio todo, algo que fue un consenso a nuestros pleitos, algo que ella y yo debíamos hacer para que yo cediera y para que ella tenga tranquilidad de que yo sí continuaría el tratamiento. Y es así que Claudia me dijo ve a Trujillo y continúa allá tus 4 quimios restantes, y pensé que no era tan mala la idea, total ya habia pasado dos quimios en Lima y seguir aqui -al menos en compañia de mi familia- sería mucho mejor. Entonces atraqué y creo que eso fue lo único que me sacó del hoyo en el que estaba. Según el psiquiatra yo necesitaba sentirme en un lugar al que pertenecía y bueno probablemente también necesitaba estar con mi familia y también mis amigas. Desde que he llegado a Trujillo he comido, he dormido, he tenido antojos, he salido, he disfrutado el sol, he sentido que de a pocos he vuelto a la vida. Sé que el hecho de irme a Lima no está lejos, que probablemente en unos meses me tenga que ir a vivir allá otra vez, pero no quiero pensarlo... no quiero pensar en nada de lo que venga nisiquiera en que si me voy a morir ó en que si viviré solo 30 meses ó algo asi, para mí esas son webadas. Sé que ahora disfruto mucho más a mi familia, sobretodo a mi hermana y su embarazo, que si antes todos eramos unidos creo que ahora somos una sola masa, que sí todos tienen miedo de que me pase algo -yo también- pero es absurdo vivir pensando en eso, prefiero vivir dia a dia, riendome y no recordando lo que en algún momento me hirió. Ahora me dedico a cuidarme, a no exagerar con los trajines, a no esperar a que los dolores me ataquen ya que ahora sobrellevo mejor las quimios. Porque estoy segura que en un tiempo, podré hacer muchas cosas de las que quiero, ¿como? no sé, pero lo haré.

Mientras tanto, me veo en la obligacion de dejar mis miedos de lado y vivir. Vivir plenamente. Ideando planes corto plazo, abrazando fuerte a cada persona que quiero cada vez que las veo, esperando con ansias a Gael, sonriendo sin motivos y carcajeandome con ganas, tropezandome con las mismas piedras pero levantádome y más fuerte. Finalmente nosé que nos va a esperar mañana y lo que sea que fuese que nos coja felices y sin arrepentimientos de nada, con el corazón libre y llenos de amor.