jueves, 3 de septiembre de 2015

Mi mamá ronca.

Mi mamá ronca cuando duerme y  últimamente aún más. Talves son las preocupaciones ó el cansancio de tanta lucha a traves de la vida. ¿Que madre no lucha? ¿Que madre no da todo por sus hijos? Casi todas. Mi mamá es una de ellas.
Si hay algo que no tolero es el ronquido, enserio. Pero escuchar a mi mami roncar es la bendición más grande día a día y en el silencio de noche tras noche, pienso en que no sería nada sin ella. Mis momentos más dificiles, ella los atraviesa conmigo; los lindos también, pero estos dos ultimos años, en los que nos afrontamos a todo tipo de miedos, aparte de unirnos de manera absoluta me hace admirarla aún más. Me pregunto como su corazón ha soportado tanto en sus 62 años, que muy bien no los aparenta -mi madre nunca deja de sonreir- y solo cuando llora, es cuando siento que todo está perdido y que nada me puede hacer más infeliz que verla triste.
Mi mamá tiene el deseo de leer mi blog y yo siempre le invento alguna excusa, y es que realmente nosé que es lo que me detiene a que lo haga, talves porque no quiero ahondar su herida. Esa herida de haber sufrido todo lo que hemos pasado, esa herida que ni ella ni yo podremos curar con el tiempo. Porque finalmente aún seguimos en el camino y porque remembrarle todo no sería sano, creo que la mayoría de mis letras plasmadas aquí las hago realidad con hechos allá afuera y eso le basta a mi mami porque siempre me dice que he aprendido a ser una mejor persona y a tener mejores sentimientos -aunque nunca está de más un tas tas ó un "te lo dije"- jajaja.

"Antes eramos felices", me digo y le digo. Y ella me dice que aún lo somos porque nos tenemos la una a la otra más mi hermanita y en respuesta a eso solo puedo sonreirle. Es imposible no sonreir ante esa carita que solo transmite amor, ternura y sencillez. Mi mamá es mi motivo de vida; hay momentos cuando no tengo aliento para respirar y abrazarla es un electroshock directo al corazón. Sus palabras son mi alimento del día. Me entiende siempre, y si diferimos en algo, ella calla y espera que el tiempo haga lo suyo. Como es de acertada mi mamita, caray. Siempre pensaré que mi madre merece más de la vida. Actualmente merecería gozarnos, tanto a mí como a mi hermana. Pero no, la vida nos ha cambiado a todos. No me echo la culpa porque nunca busqué estar enferma, pero el único motivo por el que sí cambiaría la situación sería por verla a ella feliz y sin preocupaciones, disfrutando de la vida y de lo que realmente vale la pena. Mi mamá siempre dice que es lo que Dios ha querido para nosotras, a veces reniego con ella por su inquebrantable fe, reniego porque nunca flaquea en confiar en Dios y porque parece ser de fortaleza única; presiento que ese reniego es envidia neta de nisiquiera ser ese 40% de lo que ella es. Mi mamá tiene un corazón enorme, con amor y paciencia para todos, nunca se niega a nada y actua en correcto proceder, es justa y no es perfecta. Es una mujer de retos y de metas cumplidas. Es la mujer de la risa contagiosa. La mujer noble que perdona. La mujer fuerte como un roble que saca animos y voluntad de las cenizas de un corazón triste.

Si en algún momento la vida me recompensa, quisiera que fuera a traves de ella. Que haber atravesado tantos momentos dificiles sirvan para que ella vuelva a ser feliz, que se sienta plena, que sienta que todo lo que hizo valió la pena y que con amor y disciplina logró alcanzar todo lo que la rodea. Sé que si en algún momento lee esto, se emocionaría de reconfirmar que mis letras son mis sentimientos encarnados en los besos y abrazos que a diario nos damos. Que los te quieros son la gasolina del día a día. Que la esperanza nos alienta -a ella más que a mí- pero que las ganas nunca me faltarían porque tenerla a mi lado es la única razón por la que quiero seguir respirando.

Ella es mi corazón, mis latidos se sienten fuerte cuando la tengo de mi lado y donde quiera que vaya, donde quiera que esté; mis pensamientos, mis sentimientos, mis emociones siempre se realzan si veo una sonrisa suya.

Por siempre, amándonos y queriéndonos, encontrándonos y desconociéndonos. Con altas y bajas. Con alegría ó con tristeza pero siempre con tu mano bajo la mía.