miércoles, 25 de junio de 2014

La tormenta y la calma.

Desde abril que recibo quimios para combatir mi cáncer me he dado cuenta que alrededor de 12 días son los que me demoro en recuperarme. Salvo por la 2da que fue la de la infección que si me dejó un poco más trapo. Y si pues, son esos doce días en los que nada es color de rosa; mi mundo se torna gris porque el dolor me minimiza y los vómitos me descomponen los nervios. Sin embargo en esta penúltima quimio -¿pueden creeeeeeeeerlo? ya en la recta final- me he dado cuenta de algo y ese algo es lo que quiero compartir en este post.

Yo sufro, ¡sí! sufre peruana sufre y la paso mal amigos y amigas y no lo digo para que me tengan pena ah!, sino porque en verdad las quimioterapias son terribles -para algunos, cabe recalcar- como en mi caso en que me transforma en una suerte de Linda Blair feat Emily Rose, asi de brutal; mis costillas parece que se salieran por la intensidad del vómito y la espalda me pasa factura con unas lumbalgias un poco jodidas, el malestar de los huesos me aturde y solo me provoca estar en cama lo cual es aburridisimo y aparte el cuerpo se muere momentáneamente, se bloquea pese a los intentos de querer estar bien... he ahí la pugna entre la mente y el cuerpo, en querer tener ánimos y en no poder por no tener la fuerza necesaria, es a este proceso en que yo me veo envuelta en una TORMENTA por así decirlo. Porque decía que no quería que me tengan pena y es que quién no diría tal vez: "pobrecita, por lo que está pasando" -por todo lo que narro- y es precisamente por eso que lo escribo aquí -y también en mi cuaderno morado- y lo hago porque aparte de compartir mis experiencias también quisiera generar en todos los que son ajenos al mundo oncologico fisico y mental de un paciente con cáncer tengan una idea de como es esto y lo único que les genere sea respeto, un respeto profundo por la lucha personal de alguien con la vida, por la garra de aferrarse a una oportunidad más y sobretodo por difundir el respeto por aquella valentía que que se apodera del corazón de alguien que supo/sabe pelear una guerra por simplemente querer seguir viviendo.

Ahora que ya voy por culminar este proceso de quimios el otro mes, sé que me he ganado el derecho de llorar y malhumorearme por ratos para poder descargar todo lo que llevo a cuestas, pero ya conozco a mi cuerpo y sus reacciones, si bien es cierto esos 12 días son criticos pero despues tengo fuerzas y el animo de siempre, después de esos 12 días llega la CALMA. Y esa calma no llega sola, llega acompañada de más fuerzas, de más fe en nuestro Dios y también de gratitud con aquellos que siempre estan conmigo. En este penultima quimio, mi madre perdía a veces la paciencia y yo imploraba a mi Dios que nos dé calma a las dos y créanme que cada día iba mejorando asi sea en un 1%, mi familia en general es muy comprensiva... mis tios y primos saben que cuando ya estoy preparada para comer otra vez todos nos ponemos contentos y compartimos momentos en la mesa, eso es lo que más me alivia; compartir no solo mis dolores sino también mis mejoras y mis energías para seguir. El amor en el que estoy envuelta es otro de mis motores, mi chico y sus incansables empujoncitos para creer que todo SÍ puede ser positivo, sus ánimos y no solo sus palabras sino sus accciones son las que me demuestran que no podría imaginar a nadie más a mi lado, como diría mi mamá, mi Paul es mi mejor medicina.

Esta es mi batalla, señores, pero quien no tiene una batalla en la vida? TODOS, solo que distintos tipos; la de otros talves es lidiar con la perdida de un ser muy querido ó la de sufrir otros tipos de enfermedades, ¡que sé yo!... siempre he tenido en mente que yo tengo este "problema" pero allá afuera hay otros con miles de circunstancias complicadas por eso es que tenemos que sobrevivirla a la vida, debemos creer plenamente que después de un día complicado al siguiente día pueden abrirse miles de oportunidades, no todas las puertas se cierran porque nuestro Señor misericordioso siempre nos abre una ó dos ventanitas. Así que veamos la luz, seamos menos complicados, regalemos amor y gratitud, pensemos en positivo como rutina de vida -esa es una de mis tareas actuales-, reneguemos menos y agradezcamos más.

Y sobretodo siempre recordemos que después de una tormenta, por más larga que parezca, siempre sin excepción llega la calma! 

miércoles, 4 de junio de 2014

Home is anywhere you are

Este post está lleno de nostalgia y de amor. Es en honor a mi familia, mi tesoro.

Una vez leí que no debes echar raices porque no es bueno, que hacer tu hogar el lugar donde te "acomodes" ya sea donde estudias ó en tu oficina, ó tu propia casa, ó el lugar nuevo donde te mudas, etc; hace que tu alma se canse y que por el contrario el único hogar que tengas debe ser tu cuerpo, tu propio cuerpo. Particularmente, no coincido.

¿Porque? Todos vamos de un lado para otro, todos en algún momento hemos cambiado de lugar (de colegio, de trabajo, de casa, hasta de amigos y etc); estamos en constante movimiento y eso es lo divertido a veces; esta interacción profunda llamada vida. Pienso que recolectamos algo de cada lugar donde ponemos un pie, donde ponemos corazón y donde las sonrisas se comparten. He tenido la grata experiencia de moverme, moverme de casa y de trabajo, moverme de la escuela a la universidad, moverme a algunas ciudades y ahora mismo estar en una ciudad donde no creía poder vivir, pero es asi... life is that: moving on; y... ¿saben cuál es el mayor tesoro de todos estos movimientos que hacemos las personas en nuestras vidas? Los recuerdos amigos, recuerdos de los momentos felices, las fotografías mentales que solo nos recuerdan que nos hemos sentido plenamente felices en muchos lugares y con muchas personas. 

Pero sin lugar a duda mi "hogar favorito" es mi hogar propiamente dicho. Ese lugar donde siempre es calientito, donde tu cama no es como ninguna otra, donde sabes que puedes cantar fuerte, donde siempre te vas a sentir bien. Mi hogar está en Trujillo, mi ciudad pequeña, sin tráfico y con menos gente; sin conos y con tiendas pequeñas. Donde el sol demora en irse y donde la primavera es eterna. Pero si hay algo que me pone nostálgica siempre son estos 561 km aproximadamente que me separan de mi familia. De mi mamá y sus abrazos reconfortantes, de los engreimientos de mi abuela, de las travesuras de Nacho, de las miradas tiernas de mi hermana, de las cosquillas de Antonella, de las manías de limpieza de mi tía Rosana, de los cariños de mi tio Guille, de los "Marcoaurelio" de mi Luis, de los "pica pica" de mi negrito, de los chistes de Carlos, de los "queso" de Mañuco, de los "pac pac" de Chana, de los "alita de pollo" de mis enanos Sebas y Victor, de ver la barriga gigante de mi tío Hugo, de las caras chistosas del chinon, de los rosarios de mi tía Dalila y ahora de ver a crecer a mi gogito. A veces tengo ganas de enviar cartas blancas a cada una de las personas que ahora están lejos de mí, cartas donde pueda plasmar todos mis bonitos recuerdos con ellas, donde pueda dibujar mi corazón y que puedan ver cuanto amor tengo hacia ellas; es por eso que cada vez que puedo les digo cuanto los quiero porque no hay nada más cierto de que valoras aún más a los tuyos cuando los tienes lejos. 

Echar de menos a tu familia te enseña que tu familia es quién jamás se irá de tu lado, que puede derrumbarse el mundo pero son quienes siempre hablarán en plural contigo: "nosotros". Te hace sentir que el sentimiento realmente es único y que si pudieras hacer lo que fuera por ellos, lo harías. Yo lo hago, lucho por mi familia entera. Por los de allá y por los que ahora me acompañan aquí. Dios te bendice si te da una familia unida y Él mismo se encarga de fortalecer los lazos que los une si dentro de nuestro hogar es Él quien siempre está presente.
Si hay algo que nunca perderás, es tu familia; si hay algo que nunca se romperá son los lazos con los tuyos; si hay algo que nunca caduca, es el amor de una madre; si tienes al mejor compañero de vida, tienes una hermana(o); si hay amigos que nunca fallan, son tus primos; si hay segundas madres y padres, son tus tías y tíos; si existe el abrazo más cálido, es el de tu abuela; si existe una razón para enviar abrazos al cielo, es en mi caso, para mi abuelo.

Estas lineas fueron y siempre serán para ellos que siempre tienen mi corazón.
pd: escuchen esta canción... :)