Yo sufro, ¡sí! sufre peruana sufre y la paso mal amigos y amigas y no lo digo para que me tengan pena ah!, sino porque en verdad las quimioterapias son terribles -para algunos, cabe recalcar- como en mi caso en que me transforma en una suerte de Linda Blair feat Emily Rose, asi de brutal; mis costillas parece que se salieran por la intensidad del vómito y la espalda me pasa factura con unas lumbalgias un poco jodidas, el malestar de los huesos me aturde y solo me provoca estar en cama lo cual es aburridisimo y aparte el cuerpo se muere momentáneamente, se bloquea pese a los intentos de querer estar bien... he ahí la pugna entre la mente y el cuerpo, en querer tener ánimos y en no poder por no tener la fuerza necesaria, es a este proceso en que yo me veo envuelta en una TORMENTA por así decirlo. Porque decía que no quería que me tengan pena y es que quién no diría tal vez: "pobrecita, por lo que está pasando" -por todo lo que narro- y es precisamente por eso que lo escribo aquí -y también en mi cuaderno morado- y lo hago porque aparte de compartir mis experiencias también quisiera generar en todos los que son ajenos al mundo oncologico fisico y mental de un paciente con cáncer tengan una idea de como es esto y lo único que les genere sea respeto, un respeto profundo por la lucha personal de alguien con la vida, por la garra de aferrarse a una oportunidad más y sobretodo por difundir el respeto por aquella valentía que que se apodera del corazón de alguien que supo/sabe pelear una guerra por simplemente querer seguir viviendo.
Ahora que ya voy por culminar este proceso de quimios el otro mes, sé que me he ganado el derecho de llorar y malhumorearme por ratos para poder descargar todo lo que llevo a cuestas, pero ya conozco a mi cuerpo y sus reacciones, si bien es cierto esos 12 días son criticos pero despues tengo fuerzas y el animo de siempre, después de esos 12 días llega la CALMA. Y esa calma no llega sola, llega acompañada de más fuerzas, de más fe en nuestro Dios y también de gratitud con aquellos que siempre estan conmigo. En este penultima quimio, mi madre perdía a veces la paciencia y yo imploraba a mi Dios que nos dé calma a las dos y créanme que cada día iba mejorando asi sea en un 1%, mi familia en general es muy comprensiva... mis tios y primos saben que cuando ya estoy preparada para comer otra vez todos nos ponemos contentos y compartimos momentos en la mesa, eso es lo que más me alivia; compartir no solo mis dolores sino también mis mejoras y mis energías para seguir. El amor en el que estoy envuelta es otro de mis motores, mi chico y sus incansables empujoncitos para creer que todo SÍ puede ser positivo, sus ánimos y no solo sus palabras sino sus accciones son las que me demuestran que no podría imaginar a nadie más a mi lado, como diría mi mamá, mi Paul es mi mejor medicina.
Esta es mi batalla, señores, pero quien no tiene una batalla en la vida? TODOS, solo que distintos tipos; la de otros talves es lidiar con la perdida de un ser muy querido ó la de sufrir otros tipos de enfermedades, ¡que sé yo!... siempre he tenido en mente que yo tengo este "problema" pero allá afuera hay otros con miles de circunstancias complicadas por eso es que tenemos que sobrevivirla a la vida, debemos creer plenamente que después de un día complicado al siguiente día pueden abrirse miles de oportunidades, no todas las puertas se cierran porque nuestro Señor misericordioso siempre nos abre una ó dos ventanitas. Así que veamos la luz, seamos menos complicados, regalemos amor y gratitud, pensemos en positivo como rutina de vida -esa es una de mis tareas actuales-, reneguemos menos y agradezcamos más.
Y sobretodo siempre recordemos que después de una tormenta, por más larga que parezca, siempre sin excepción llega la calma!
Esta es mi batalla, señores, pero quien no tiene una batalla en la vida? TODOS, solo que distintos tipos; la de otros talves es lidiar con la perdida de un ser muy querido ó la de sufrir otros tipos de enfermedades, ¡que sé yo!... siempre he tenido en mente que yo tengo este "problema" pero allá afuera hay otros con miles de circunstancias complicadas por eso es que tenemos que sobrevivirla a la vida, debemos creer plenamente que después de un día complicado al siguiente día pueden abrirse miles de oportunidades, no todas las puertas se cierran porque nuestro Señor misericordioso siempre nos abre una ó dos ventanitas. Así que veamos la luz, seamos menos complicados, regalemos amor y gratitud, pensemos en positivo como rutina de vida -esa es una de mis tareas actuales-, reneguemos menos y agradezcamos más.
Y sobretodo siempre recordemos que después de una tormenta, por más larga que parezca, siempre sin excepción llega la calma!