En la etapa final de mis ciclos universitarios, pensé en hacer un blog de personas, conocidos y desconocidos, de gente real y sus historias. Pensé que por hobby, me encantaría entrevistar gente y luego escribir sobre lo que me transmitieran. Hoy no puedo hacerlo, pero si puedo escribir de las personas por las cuales me brota amor ya que todas mis palabras siempre son más fluidas cuando hay cariño de por medio.
Y resulta, que a un día de ser un día ESPECIAL, para una persona ESPECIAL, que merece un trato ESPECIAL y que tiene un lugar súper ESPECIAL en mi vida; me atrevo a exponerla aquí en mis líneas preferidas, las de mi blog.
Y resulta, que a un día de ser un día ESPECIAL, para una persona ESPECIAL, que merece un trato ESPECIAL y que tiene un lugar súper ESPECIAL en mi vida; me atrevo a exponerla aquí en mis líneas preferidas, las de mi blog.
Conocí a María hace aproximadamente unos 6 o 7 años, cachimbas, descocadas, inexpertas, sin criterio y en circunstancias sociales, tal ves en copas pero fijo en alguna tertulia típica propia de los 19 años: "todos son unos imbéciles", literal y con llanto incluido. La primera impresión que tuve de ella fue que era una dependiente amorosa adictiva pero del tipo loca, traste, testaruda.
Y no me equivoqué, pero quién diría y con el pasar de los años; María se convirtió en mi soulmate, mi espejo y mi silla. (Siempre nos decimos eso)
María está loca. Pero es linda, tiene unos cabellos negros largos y ondeados, de mirada coqueta, de voz tierna, de gusto exquisito y al mismo tiempo de simpleza única, ama el agua y siempre tiene muchas historias pero ella es pura poesía, ambas tenemos dos amores; uno hermoso y uno absurdo -dígannos locas- pero morimos por Benedetti y amamos a Maluma (sí, el regueatonero). María es una cebolla llena de capas carrasposas donde solo se esconde un corazón noble. Ella es mi lugar de calma cuando tengo ansias y es mi risa cuando necesito olvidar, con María, soy siempre yo, también María.
Sin embargo, fuera de estar loca, María, también tiene un par de demonios internos. A veces le digo que está posesa. Otras veces me río y la "exorciso". Pero para ella nunca nada es suficiente. Es jodidamente caprichosa con tendencias perfeccionistas. Es un tren descontrolado de emociones irritantes, un volcán de odios inexplicables, tiene sed de venganza por todo y por nada; y no la culpo porque conozco cada parte de su historia y porque, muy aparte de eso, siempre tiene una respuesta en la lengua y mejor aún, también tiene fundamentos acertados, y eso la hace ser aún más interesante, en palabras cortas sabe como y a quién callarle la boca. Por esas y otras razones, siempre pensaré que tiene una mente brillante atrapada en una chica que pertenece a otra época.
María vive aún equivocada de la vida, divagando y cuestionando su sentido de infelicidad. Y es simplemente porque sus impulsos no la dejan ver bien y sus manías la manejan. Estoy segura que su principal necesidad son las palabras exactas, las personas correctas, tal ves un par de tropiezos más y la vida le será más clara.
María y yo hablamos todo el día, incluso telepáticamente. Siempre, al final de nuestras largas y profundas charlas, le digo que "me doy cuenta de algo" y ese algo es siempre una lección del día, la hipótesis ó la duda pero casi siempre la descarga de energía. Nuestra liberación.
María y yo cargamos con mochilas de diferentes pesos, pero cuando me canso, siempre está ahí para darme la silla y descansar. María y yo somos iguales y diferentes, somos almas gemelas de distintos corazones. Somos una explosión inexplicable. Somos freno y gasolina. Somos lineas y silencio. Somos calma y tempestad. Somos amor y odio.
Cuando María lea esto, estará cumpliendo un puto año más de vida. Y no sé si este mes seguirá siendo de malas noticias. Lo que sé es que ahora mismo tiene lágrimas y risas. Y sobretodo y por siempre, nos tenemos la una a la otra, a cualquier hora y todos los días.
¡Feliz cumpleaños preciosa!
Siempre te querré un poquito más que el mundo.