jueves, 28 de mayo de 2015

Maria y sus demonios.

En la etapa final de mis ciclos universitarios, pensé en hacer un blog de personas, conocidos y desconocidos, de gente real y sus historias. Pensé que por hobby, me encantaría entrevistar gente y luego escribir sobre lo que me transmitieran. Hoy no puedo hacerlo, pero si puedo escribir de las personas por las cuales me brota amor ya que todas mis palabras siempre son más fluidas cuando hay cariño de por medio.

Y resulta, que a un día de ser un día ESPECIAL, para una persona ESPECIAL, que merece un trato ESPECIAL y que tiene un lugar súper ESPECIAL en mi vida; me atrevo a exponerla aquí en mis líneas preferidas, las de mi blog.

Conocí a María hace aproximadamente unos 6 o 7 años, cachimbas, descocadas, inexpertas, sin criterio y en circunstancias sociales, tal ves en copas pero fijo en alguna tertulia típica propia de los 19 años: "todos son unos imbéciles", literal y con llanto incluido. La primera impresión que tuve de ella fue que era una dependiente amorosa adictiva pero del tipo loca, traste, testaruda.
Y no me equivoqué, pero quién diría y con el pasar de los años; María se convirtió en mi soulmate, mi espejo y mi silla. (Siempre nos decimos eso)

María está loca. Pero es linda, tiene unos cabellos negros largos y ondeados, de mirada coqueta, de voz tierna, de gusto exquisito y al mismo tiempo de simpleza única, ama el agua y siempre tiene muchas historias pero ella es pura poesía, ambas tenemos dos amores; uno hermoso y uno absurdo -dígannos locas- pero morimos por Benedetti y amamos a Maluma (sí, el regueatonero). María es una cebolla llena de capas carrasposas donde solo se esconde un corazón noble. Ella es mi lugar de calma cuando tengo ansias y es mi risa cuando necesito olvidar, con María, soy siempre yo, también María.

Sin embargo, fuera de estar loca, María, también tiene un par de demonios internos. A veces le digo que está posesa. Otras veces me río y la "exorciso". Pero para ella nunca nada es suficiente. Es jodidamente caprichosa con tendencias perfeccionistas. Es un tren descontrolado de emociones irritantes, un volcán de odios inexplicables, tiene sed de venganza por todo y por nada; y no la culpo porque conozco cada parte de su historia y porque, muy aparte de eso, siempre tiene una respuesta en la lengua y mejor aún,  también tiene fundamentos acertados, y eso la hace ser aún más interesante, en palabras cortas sabe como y a quién callarle la boca. Por esas y otras razones, siempre pensaré que tiene una mente brillante atrapada en una chica que pertenece a otra época. 
María vive aún equivocada de la vida, divagando y cuestionando su sentido de infelicidad. Y es simplemente porque sus impulsos no la dejan ver bien y sus manías la manejan. Estoy segura que su principal necesidad son las palabras exactas, las personas correctas, tal ves un par de tropiezos más y la vida le será más clara.

María y yo hablamos todo el día, incluso telepáticamente. Siempre, al final de nuestras largas y profundas charlas, le digo que "me doy cuenta de algo" y ese algo es siempre una lección del día, la hipótesis ó la duda pero casi siempre la descarga de energía. Nuestra liberación.
María y yo cargamos con mochilas de diferentes pesos, pero cuando me canso, siempre está ahí para darme la silla y descansar. María y yo somos iguales y diferentes, somos almas gemelas de distintos corazones. Somos una explosión inexplicable. Somos freno y gasolina. Somos lineas y silencio. Somos calma y tempestad. Somos amor y odio.

Cuando María lea esto, estará cumpliendo un puto año más de vida. Y no sé si este mes seguirá siendo de malas noticias. Lo que sé es que ahora mismo tiene lágrimas y risas. Y sobretodo y por siempre, nos tenemos la una a la otra, a cualquier hora y todos los días.

¡Feliz cumpleaños preciosa!
Siempre te querré un poquito más que el mundo.

miércoles, 20 de mayo de 2015

-1

Estoy a un día de saber que es lo que sucede exactamente dentro mío. La espera no me ha desesperado tanto -al menos, no conscientemente- estoy como en un trance continuo. Sin embargo debo admitir que post biopsia me he sentido un poco mejor, han bajado los dolores y he puesto de mi parte para apartar mi mente de lo negativo. No es nada fácil. Pero como no hacerlo si hay tantas personas que esperan mucho de mi. Estoy asustada,  preocupada, ansiosa por acabar con todo. Sea de la forma que sea. Todos esperamos buenas noticias, sé cuanta gente ora por nosotros y sé que Dios nos ha estado escuchando. Pese a que no me atrevía a pedirle nada, por mi desesperanza, he empezado a diariamente pedirle un milagro. No sé que tan difícil suene, pero sé que existen y espero que, como siempre ha sucedido anteriormente, Dios me obsequie la oportunidad de seguir aprendiendo de su bondad infinita como hasta el día de hoy. Todos los días he estado orando con mamá con un pequeño libro que nos obsequió el Padre Edinson y siempre hemos encontrado las palabras que han alimentado nuestras almas y que poco a poco han limpiado nuestros corazones de sentimientos extraños. Personalmente, he intentado aceptar y asimilar nuevamente lo que sucede. Siempre me mantengo fuerte y cuando estoy débil siempre llega un rayo de esperanza que nutre mi paz interior. Mañana tengo que reunir todas las ganas del mundo para mantener la calma y la fortaleza para escuchar lo que los médicos nos digan, cuestionaré y buscaré una respuesta a todo y analizaré que es lo mejor para MI, para todos. Dios está conmigo y con El todo es posible, no importa hasta donde tengamos que llegar, lo haremos. Porque la vida, mi vida, lo vale. No pienso renunciar siquiera a alguno de mis sueños, no pienso desfallecer en la tristeza y menos cuestionar esta vida que nunca pedí. Todos seguiremos remando y remando, construyendo poco a poco esa fortaleza que me hará enfrentar el mundo de afuera. Tengo todo lo necesario para hacerlo, tengo amor y tengo a Dios. Que el mundo nos sonria y cuando todo parezca perdido, pensemos y deseemos con todas nuestras fuerzas que ocurran, eso que muchos anhelamos para los que amamos, un MILAGRO.

domingo, 3 de mayo de 2015

Miedo.

Hace dos semanas recibí una noticia que ha cambiado todo. Una noticia que me ha arrebatado la calma y tranquilidad que en algún momento logré obtener. 

No pensé que volvería a tener dolores físicos como los que tengo ahora, sentirme inútil, no poder muchas cosas por mí misma. La espalda me acribilla, es insoportable. Y todo eso debido a un tumor que recientemente apareció en la cabeza de mi fémur, para ser exactos, en el cartílago; lo que abre un abanico de posibilidades; entre ellas, y de la que más tengo miedo, de una metástasis que haya podido alcanzarme sin darme cuenta ó talves y con suerte, algo maligno que sea tratable y si no es mucho pedir que sea benigno y se vaya para siempre. Pero es que con mi mala suerte -y dicho sea de paso- mi pésima biología humana no sé que esperar. ¿Porque tendré esa facilidad de desarrollar tumores raros? Yo también quisiera saber. Estoy destruida, cada día es peor, siento que el dolor es más fuerte que yo. Lo peor es que interiormente no tengo paz y por las noches me invade un miedo terrible. Un miedo que nunca he sentido, el miedo a morir. Nunca había pensado en la muerte, hoy -sin exagerar y mentir- siento que puede estar cerca, la palabra metástasis es la peor que puede existir, nisiquiera cáncer la es, porque al menos esta te da la oportunidad de luchar. No entiendo muy bien que es lo que pasa alrededor mío, solo sé que este proximo 07 de mayo me harán una biopsia y tendré que esperar 10 largos días para tener resultados, posteriormente me operarán para extirpar ese tumor, estaré en cama por un mes y luego... no sé.  Estoy cansada de esto, de no tener estabilidad, de no poder ser normal. Cuanto quisiera tener salud, es realmente lo único que deseo. Estoy tratando de ser fuerte, por mi familia y sobretodo por mi mamá, que sufre igual ó más que yo. Todos estamos positivos, me incluyo. Espero lo mejor pero tampoco me aferro a la idea porque la verdad es que interiormente estoy desesperanzada. Es contradictorio, como le contaba al Padre Edinson, no he perdido mi fe, siento que ese don de fe no es tan fuerte como antes y no encuentro paz. Tengo muchos sentimientos encontrados y solo quiero un poco de calma para estos días tan oscuros. Sé que todo pasará, nada es eterno, menos los pesares. Mientras tanto, puedo y me atrevo a pedir oraciones y mucha buena vibra positiva para mí y mi familia.

Que pase lo que Dios quiera, su voluntad ante nada.