Hace dos semanas recibí una noticia que ha cambiado todo. Una noticia que me ha arrebatado la calma y tranquilidad que en algún momento logré obtener.
No pensé que volvería a tener dolores físicos como los que tengo ahora, sentirme inútil, no poder muchas cosas por mí misma. La espalda me acribilla, es insoportable. Y todo eso debido a un tumor que recientemente apareció en la cabeza de mi fémur, para ser exactos, en el cartílago; lo que abre un abanico de posibilidades; entre ellas, y de la que más tengo miedo, de una metástasis que haya podido alcanzarme sin darme cuenta ó talves y con suerte, algo maligno que sea tratable y si no es mucho pedir que sea benigno y se vaya para siempre. Pero es que con mi mala suerte -y dicho sea de paso- mi pésima biología humana no sé que esperar. ¿Porque tendré esa facilidad de desarrollar tumores raros? Yo también quisiera saber. Estoy destruida, cada día es peor, siento que el dolor es más fuerte que yo. Lo peor es que interiormente no tengo paz y por las noches me invade un miedo terrible. Un miedo que nunca he sentido, el miedo a morir. Nunca había pensado en la muerte, hoy -sin exagerar y mentir- siento que puede estar cerca, la palabra metástasis es la peor que puede existir, nisiquiera cáncer la es, porque al menos esta te da la oportunidad de luchar. No entiendo muy bien que es lo que pasa alrededor mío, solo sé que este proximo 07 de mayo me harán una biopsia y tendré que esperar 10 largos días para tener resultados, posteriormente me operarán para extirpar ese tumor, estaré en cama por un mes y luego... no sé. Estoy cansada de esto, de no tener estabilidad, de no poder ser normal. Cuanto quisiera tener salud, es realmente lo único que deseo. Estoy tratando de ser fuerte, por mi familia y sobretodo por mi mamá, que sufre igual ó más que yo. Todos estamos positivos, me incluyo. Espero lo mejor pero tampoco me aferro a la idea porque la verdad es que interiormente estoy desesperanzada. Es contradictorio, como le contaba al Padre Edinson, no he perdido mi fe, siento que ese don de fe no es tan fuerte como antes y no encuentro paz. Tengo muchos sentimientos encontrados y solo quiero un poco de calma para estos días tan oscuros. Sé que todo pasará, nada es eterno, menos los pesares. Mientras tanto, puedo y me atrevo a pedir oraciones y mucha buena vibra positiva para mí y mi familia.
Que pase lo que Dios quiera, su voluntad ante nada.
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