Algún verano del 90. Estaba chibolita y usaba un lindo traje de baño de fondo azul con margaritas estampadas y me recuerdo aterrorizada en la esquina de una piscina, una enoooorme piscina. Ahí fue que empezaron los intentos fallidos de mi madre por intentar convertirme en nadadora ó por último, con mucha fe, que aprendiera a flotar. Y lamento decir que en esos cortos 7 años, no lo logré. Ni en los 8, menos en los 9 y porsupuesto que tampoco en los 10. Mi mamá se rindió -grave error- y asi fui arrastrando por la vida el miedo/pavor/fobia al agua. Ni las tablitas del Club, ni las brazeras de la barbie, ni el flotador gigante de cocodrilo menos aún ponerme gorritos y lentecitos para mirar debajo del agua y hacer más interesante el asunto. Nada, nada era útil. Entonces mi madre, preocupada porque aproveche bien mis vacaciones utiles, pensó que talves tendría vena para los instrumentos musicales -ya que habia pasado victoriosamente por los cursos de charm y etiqueta social, oratoria y desenvolvimiento escénico- como toda madre seguía en búsqueda del talento innato de su hija. Pero NAAAH, recuerdo que en una Navidad me obsequiaron un organo más grande que yo y que creen? #Fail, tampoco me llamó la atención. Posteriormente intenté lo de la guitarra y me parecía tan complicado tipo nivel Dios, por eso es que admiro a mis amigos que tienen el don de tocarla y sobretodo tocarla bien, en particular a RauloRobot y Alberyo. Pero como yo era bien hincha/terca/necia, quise dar mi último esfuerzito musical por la bendita flauta y la verdad que sí me fue un poco mejor y aprendí unas 3 ó 4 melodías -para después de 7 años, en 4to de secundaria, jalar el taller musical por nunca llevar la flauta al colegio y en lugar de ello practicar con mi lápiz osea bien pava ¿si ó no?- ahí empezó el karma musical que me ha perseguido por años. Entonces, comprendí que lo mío, no iba en la onda musical; y eso que estuve hasta en el coro del colegio con el Prof. Pinto -cabe resaltar, en mi defensa, que nunca fui desentonada, mi voz al menos era melodiosa-. Pero nunca tanto como para decir que mi talento era la "cantadera" ó la "tocadera" excepto por un bicho que aún no he matado que es intentar con el violín -mataaaaaténme- pero de verdad me da mucha curiosidad porque realmente capta toda mi atención cuando lo escucho. Y bueno asi iba en busca de ese algo que me hiciera destacar del resto osea de un talentito por ahí oculto, pero actualmente considero -porque así lo comprendí con el pasar de los años- que uno nace con ciertos dones desarrollados en los sentidos y efectivamente materializados a traves de los años en nuestras vidas, se convierten en esos talentos que siempre sobresalen entre los demás mortales. Por ejemplo mi hermana Marcela, dibuja y pinta hermoso, le basta con observar una imagen ó un retrato para sacarlo excelente ó también ahorita se me viene a la mente que siempre admiré en el colegio a mi compañera Malú, una chinita que baila marinera con un encanto único que alegra el corazón y así muchas personas más que la verdad son premiadas por Dios con este tipo de regalos. Y como ya me desvié mucho del tema, culminaré esta parte diciendo que en algún momento me achicopalé, pensando que no tenía talento -imaginen mi cara llorando como emoticon- pero luego entré en razón y todos esos intentos frustrados por aprender cosas los vi como "forcejeos absurdos" por lograr en mí algo que no soy. Asi que descubrí que lo mío iba por otro carril. Lo mío, mi talento en sí, es que llego a la gente con mucha facilidad; ya sea escribiendo -lo cual amo y me llena plenamente- o ya sea contando alguna historia ó anecdota con toda la naturalidad y espontaneidad que son muy características en mí. Ó talves eso de decorar y hacer manualidades también sea lo mío, porque me gusta y me sale bonito. Y asi cada loco con su tema.
Regresando al inicio, en eso que le tenía miedo algua... quiero contarles que en este primer mes del año, tuve unas vacaciones -despues de muchos años- con mi mamá; ya que desde que enfermé, mi mamá solo sacaba vacaciones para poder viajar a Lima y estar conmigo en mis tratamientos y operaciones ó demás cosas que involucraban mi enfermedad. Y entonces decidimos irnos a conocer algunas playas del Caribe colombiano. De paso visitábamos a mi tía Alba y celebrabamos año nuevo y su cumpleaños juntas. Primero viajamos a Bogotá, pasamos año nuevo en Villao que es el llano colombiano, tierrita caliente algo así como un Piura, pero sin playa, en nuestro país. La pasamos en familia, con mis primas y sobrinos, super relajado. Pero más linda, fue la experiencia de conocer Santa Marta y Cartagena y todas las playas que hay en estas ciudades. Les contaría detalle por detalle de mi viaje pero me faltaría tiempo y espacio. Asi que les contaré las experiencias más resaltantes.
La verdad es que viajar era muy delicado para mí por el surgimiento de ese nuevo tumor que nació en diciembre. Era mi responsabilidad, cuidarme y descansar antes y después de cada paseo. Inyectarme en caso de dolor extremo y tomar las medicinas en horario respectivo y sin olvidarme. Igual compramos un seguro internacional por si cualquier emergencia nos sorprendía, gracias a Dios no lo usamos. Sin embargo, confieso que aunque me divertí muchisimo, hubieron dias en que me la pase echada en la cama peor que afterparty con bolsas de agua caliente para que me calmen los dolores de la espalda. Pero como me decía mi mamá todo el viaje: "sarna con gusto no pica Alejandrita". Pa'lante no más porque yo estaba super feliz.
De buenas a primeras, fui muy bendecida. En cada paso que dí, estuve con Diosito y rodeada de personas muy buenas que siempre me ayudaron sin saber mucho de mí. Quiero empezar narrando uno de los momentos más bonitos que pasé en mi tercer día en Santa Marta; fuimos a conocer un circuito de playas en un sitio llamado Parque Tayrona y estaba entusiasmada por la idea de hacer snorkel (en el fondo estaba traumada pero vale decir que tambien emocionada). Y bueno, llegamos a la playa más linda que he visto en mi vida. A playa Cristal. La que tiene la combinacion de todas las tonalidades de celeste y azul en su haber. La orilla es de solo agua transparente. Es increible como puedes ver los pececitos y los corales apenas entras al mar. Por eso cuidan muchísimo su ecosistema con los temas de reciclaje de basura y sobretodo con el ingreso de 300 visitantes por día para evitar sobrepoblación y que todos disfrutemos tranquilamente del mar. Y bueno nos instalamos y fui a agruparme con los que hariamos snorkel para que nos expliquen el uso de los instrumentos y como es todo el proceso. Como tenía miedo de que me topen el tumor, le dije al instructor que quisiera ponerme en el lado derecho de la tabla para que no me topen el lado izquierdo, y bueno mi amigo parserito Miguel super buena onda me dijo -con dejo colocho- "mami que te parece si para evitar que te hagan daño nos vamos los dos y no te cobro de más". Asi que mejor para mí, lo esperé a que regresara de buzear con el primer grupo y luego fue este pechito -que ya se hacia la pis de miedo jajaja- a practicar en la orilla, super ready con el chaleco, mascarilla, tubo de aire y el aspirador en la boca. Lo primero que me dijo Miguelito, fue que debia relajar todo mi cuerpo en el agua, cada músculo debia sentirse libre y sobretodo debía olvidarme de respirar por la nariz; porque una vez bajo el agua solo iba a respirar por la boca. Luego de unos tres intentos, lo logré y me senti confiada. Entramos entonces y desde esos 45 minutos en adelante, lo único que ví, fue la belleza de la creación de nuestro Señor. Que hermoso es el mundo marino. Allá abajo todo es subreal. Se ven tantos peces de muchos colores y formas. Los corales en todas sus variedades desde las formas de abanico pasando por el coral papa hasta el coral cerebro. Son de película. Hasta que en un momento, me cansé un poco y obviamente quise salir a la superficie, como que estaba asustada y Miguel me dijo que me pare, que no pasaba nada. Saqué la cabeza y me retiré la mascarilla y sin darme cuenta estaba mar adentro, lejísimos de la orilla, lejísimos de todo, solo nos rodeaban los arrecifes y las vegetaciones,. Nunca en mi vida he presenciado un paisaje tan único, tan tranquilo. Mis ojos se maravillaron y senti mucha paz. La verdad que habia valido la pena llegar hasta ahí y contemplar toda esa belleza en la inmensidad del mar.
Seguimos buzeando y le comenté a Miguel que nunca habia aprendido a nadar y el se comenzó a reir de mi, y me dijo: "bueno entonces su merced, ahorita se saca el chaleco y va a ver que flota y aqui mismo aprende todo lo que no aprendió". Y yo como que "heeeey what" -mi cara de estupefaccion/horror/salvavidas/auxilio/socorro me ganaban. Pero nosé porque, lo hice. Me saqué el chaleco salvavidas en pleno océano Atlántico y ¡oh sorpresa! empecé a flotar y luego a nadar con los brazos estirados haciendo tipo un triangulo hacia adelante y consecuentemente me iba impulsando. Obviamente, en todo momento estaba a lado mío, mi parserito que es buzo avanzado y capitán -osea más segura, imposible- y finalmente fuimos llegando a la orilla donde uno le puede dar de comer lechuguitas a los pececitos colombianitos amarillitos, me daban nervios verlos tan cerca y tan aglomerados por comida. Una sensacion inolvidable. Nos tomamos las foticos respectivas bajo el agua. Hasta que mi mamá me vió y no podia creer que llegué nadando sin chaleco -en ese momento de hecho habrá pensado: "carajo tanta plata cuando estaba chiquilla la Ale y ahora aprendió a nadar en cuestión de 40 minutos y por 10 dolares"- la verdad que tampoco me la creía pero así fue, tal cual. Lindo conocer a Miguelito y que haya tenido tanta paciencia y empatía conmigo. Ese día fue inolvidable en calidad de perfecto e incluido en mi ranking de momentos felices en mi vida. Que importa si en la noche cuando llegué al hotel estaba destruida, la hazaña lo valía si ó no?. Casi que escucho sus aplausos amigos, amigas; gracias jajajaja.
Y para terminar este post, y tambien para contar como terminó mi viajecito; confieso que tuve mis 10 minutos de suerte en mi último día en Bogotá. Ya que sin querer queriendo, conoci y escuché cantar al mismito Carlos Vives en su restaurante llamado Gaira ¡YESSSSSSSS! -claro no ví a mi amor platónico/papacito/theonlyone/padredemishijos Maluma pero definitivamente estar tan cerca a Carlitos Vives, que me dé un abrazo y besito en la frente no estuvo para nada mal; fue TOP, TOP, RE TOP y obvio tambièn està en mi ranking de momentos felices. Mejor final imposible si ó no? Nuevamente ¡YESSSSSS!
Habiendo regresado a Lima, ya no me sentí media destruida -fisicamente hablando- sino totalmente destruida jaja y encima hice shopping y sali a visitar a algunos tíos, también a pasar consultas pero la verdad que no pensé que empeoraría y se pondría todo color hormiga. Ya estaba todo listo para regresarnos a Trujillo lindo y carajo el jueves me dió un dolor pero de esos en que lloras y resulté en la clínica -hasta ahorita- internada con morfina a la vena osea bien drogada he estado hasta ayer, hoy ya mi organismo se ha adaptado y tengo casi colapsadas mis vertebras sacro lumbares y si no le damos radioterapia, esos dolores metastásicos no me dejarán en paz. Asi que caballero. Después del gusto, viene el susto. Y estoy pagando mi cupo de diversión a costa de días en la clínica -horrible e injusto no?- pero que se puede hacer asi es esta enfermedad en estos estadíos. Gracias a Dios me dió aquí y no allá. Me estoy perdiendo días con mi hermana y Gael, también el concurso de marinera trujishano que tanto me gusta ver, contemplar y admirar pero caballero, a lo hecho pecho. Sin renegar debo aguantarme estos días aquí encerrada y conectada a mis máquinas, comiendo a la fuerza y bla bla bla. Ya no me quejaré, eso es de cabras. Yo soy bien macha y valiente.
Asi que de corazón les pido a todos -como siempre, cayendo espesaza- que rezen por mí y me encomienden en sus oraciones, para que dentro de lo que ya atravieso, todo me sea más llevadero y continúe teniendo paciencia y perseverancia en mi camino, ustedes saben que de lo demás me encargo yo, nunca arrugo. Gracias de antemano, sé que lo harán.
Un abrazote lleno de luz y buenas vibras para todos y que estén disfrutando con mucha precaución -con bloqueador/gorro/minisombrillas/burkinis/trajesdeastronauta- de este veranito infernal que va a tener de todo.
Seguiré esperando con muchas ansias ir a casa.
Cambio y fuera.