viernes, 30 de enero de 2015

"Final feliz"

Hace unos días me encontré con un viejo amigo, con Jaime, con quien por mil circunstancias de la vida casi nunca hablamos, pero que si por casualidad  nos encontramos, siempre hay un abrazo cordial. Nos conocemos hace mucho, desde chiquillos, recuerdo que habremos salido en grupo unas cuantas veces, en sí tengo bonitos recuerdos de él; siempre un caballero, asumo que le esperan aún más cosas brillantes de las que ya hace y disfruta.
El día que nos encontramos -en medio de un alboroto de compras- mi amigo Jaime, me dijo algo que nadie me había dicho. Algo diferente, algo que me hizo pensar en que en verdad mi historia si tuvo "un final feliz",  literalmente, él dijo: "Escribes lindo, y lo mejor es que esta historia tuvo final feliz", me quedé con mi corazón lleno de alegría y de emoción, ¿increíble no? Ojalá muchos tuvieran la suerte de decir esto. Efectivamente, yo tengo un final feliz, ¿cual es? Sigo viva, respirando y amando. La dicha que siento cuando lo pienso es inexplicable, amilana cualquier mal recuerdo, cualquier sensación de querer cambiar lo acontecido. Todos cargamos con una cruz, todos estamos en determinado momento listos para aprender la lección y pasársela a otros, sino, no tuviera sentido vivir el día a día. 

Se siente lindo que las personas a tu alrededor reconozcan tu esfuerzo. Que dediquen un poco de su tiempo a escribirte palabras de aliento ó cuando te dan un fuerte abrazo, de esos que te dejan sin aliento ó cuando te devuelven las sonrisas que les diste sin que medie razón alguna. Son gestos de gratitud, gestos de amistad, gestos de persona a persona, gestos de sensibilidad. Pienso que todo lo vivido sirvió a muchos de los que me conocen, pienso que también reconocen mi esfuerzo y que valoran una amistad por más poco frecuente que sea. Eso quiere decir que algo debimos haber hecho bien, que calamos hondo y que dejamos buenos y gratos recuerdos.

Tengo la suerte de contar siempre con buenas personas a mi alrededor, Creo que nunca he escogido mal a mis amistades y siempre he tenido buena química con todos por más raros que parezcan algunos ó algunas. El corazón siempre es grande.

Gracias a mi amigo Jaime, que inspiro este post, por sus lindas palabras.

domingo, 18 de enero de 2015

Camino a la madurez

Me he percatado que mis palabras, sentimiéntos y acciones han cambiado. Han crecido, han mejorado. Son diferentes. No pienso como antes.  Ahora todo parece tener un poco más de coherencia. Cuido mis palabras, cuido mis acciones. De hecho los impulsos son parte de momentos extremadamente desatados donde probablemente el trencito de las emociones se descarrila y no existe ni un ápice de entereza. A nuestros veintitantos recordamos la época de nuestros impulsos como parte de nuestros diecitantos. Otros tiempos... y ¡que tiempos!.
Todo ha cambiado en el camino, ¿verdad? Muchos se han ido y otros se han quedado. Los recuerdos más bonitos han permanecido y otros se han esfumado. Nuestros padres han envejecido y sienten que poco a poco ya acaban en su labor con nosotros. Algunos somos más independientes pero también más agradecidos. Unos seguimos forjando el camino, otros ya dan pasos agigantados. Ahora tenemos sobrinos y otros cambian pañales. A veces nos desconocemos y añoramos nuestras épocas "mozas", las resacas ya no son las mismas para todos, algunos necesitan varios dias de rehab. Se acaban las semanas más rápido, esperas el viernes como un niño espera la Navidad. Te cansas más rápido porque obviamente las 24 horas diarias nunca alcanzan, vives en un mode on agotado. 
Las decepciones de ahora ya no impactan tanto porque ahora conoces un poco más de la vida y probablemente esperas menos de las personas. Los amores son menos intensos pero más sinceros, si es que sabes escoger. Tus amigos son contados con los dedos, tus secretos se consideran mejor guardados en tu almohada que con alguna otra persona y si es que eres inteligente tu familia siempre sigue ocupando el primer lugar en tus prioridades.  
Talves tienes en mente hasta formar una familia ó formalizar con quién consideras te complementa. De hecho, en facebook, la mayoría de timelines están full de fotos y descripciones infestadas de amor de padres ó madres a sus hijos, esos mismos que algún día fueron nuestros compañeros de juerga. Y es así que cada vez tienes más invitaciones a matrimonios, showers y hasta cumpleaños de tus sobrinos. ¿Te detuviste en el tiempo? ó ¿todos están corriendo y tú estás en break? 
Nada. La vida está pasando.

Los sueños están más cerca, la lista de metas por cumplir se alarga. Los anhelos de comerte al mundo no te dejan dormir. Tu futuro soñado está construyéndose.
¿Y realmente todos los años pasados habrán válido la pena? ¿Hiciste que ese año que recién pasó valga la pena? ¿Haces que todos los días sean realmente inolvidables? ¿Agradeces? ¿Aprendes algo nuevo diariamente?

¿Todo lo escrito parece una catarsis veinteañera, no? Lleno de signos de interrogación y frases mediohechas ó refraseadas. Pero no lo es, no es una catarsis más. No estoy frustrada ni tampoco estoy feeling. Sinceramente es lo que tu también haz pensado y también haz sentido. No lo puedes negar.

Es así, la vida nos pasa, nos sucede. Basta un acontecimiento, un momento, un sentimiento en que esta cobra mayor importancia. En esta etapa ya no puedes usar más esa frase "cuando sea grande...", porqueeeeeeee ¡HEY! ya estamos grandes. Y estamos por ser más grandes aún. Y es que este es el camino a la madurez, donde todos aplicamos las lecciones del pasado, es pasar en limpio un borrador. Donde ya no en nosotros mismos sino en colectivo. Donde resulta un reto cumplir un sueño. Donde la competitividad rige la sociedad. Donde si no decides, otros deciden por ti. Donde el cambio siempre debes hacerlo tú. Donde encontrar el amor es como buscar una aguja en un pajar. Donde "dejar ir" es en ejercicio de buena salud. Donde las enfermedades nos las creamos nosotros mismos. Donde diferenciar una acción desinteresada es tarea de locos. Sí, estamos jodidos. Pero aún quedamos quienes arriesgamos todo por ser mejores personas, y esa es la idea, cierto?

Probablemente estamos en el camino de la madurez -que asumo- forma parte de convertirnos en personas adultas. Con más responsabilidades y menos tiempo. Nunca nadie jamás, dijo que todo fuera fácil. ¡Dímelo a mí! pero las circunstancias difíciles nos hacen mejores de eso no hay duda, nos inyectan valentía para guerrear cualquier cosa en la vida. 

Estoy actualmente más cerca de uno de mis sueños, y sé que con el esfuerzo que le estoy poniendo lo lograré y asi iré tachando con checks todo lo de mi lista. Estoy en un buen momento, estoy contenta por mi y por mi familia, siempre superando obstáculos. Ese es el humor de casi todos mis días. 

He re-comprendido el amor de una manera diferente, menos apretada casí a mi medida. Nada es perfecto, nunca lo quise así pero mientras estemos felices y nada hiera al resto, nos juega bien. Siempre reparando heridas, extendiendo la mano al resto, agradeciendo por el día y día y admirando los pequeños detalles que nos ofrece la vida. No es una formula mágica pero esto me ayuda siempre a recorrer el camino de mejor forma.

No soy madura, aún me falta, probablemente bastante. Y quién dice que si, miente. Miente con sus amarillos dientes. Pero, bueno, el camino esta abierto... asi que caminemos.

jueves, 8 de enero de 2015

Gogito

Luis Adriano nació cuando yo estaba recien despertando de una operación por recurrencia de tumor.
Recuerdo que una de las primeras cosas que escuché cuando me levanté de la anestesia fue: "Ale nació el bebitoo, míralo" y entre sombras vi sus primeras fotitos, y los ojos se me llenaban de lágrimas, pensaba en como carajos me podía estar perdiendo de esos momentos, quise con todas mis fuerzas teletransportarme y poder presenciar ese instante.

Mi pequeño sobrinito, nació con 3 kilos y medio, sanito y coloradote. Idéntico a su papito. Y dejándonos a todos nosotros con ganas de darle todo el amor del mundo. Desde que lo conocí y lo ví abrir por primera vez sus ojitos, sentí algo indescriptible, no sabría como explicar esa sensación de paz y ternura infinita cuando lo tenía cerca a mí, fue una conexión especial. Todos estábamos siempre atentos a sus movimientos, a sus ojitos, a sus manitos pequeñitas. Todo absolutamente todo, giraba en torno a ese pedazito de cielo.

Cuando me tuve que regresar a Lima, pensaba en cuantos momentos me iba a perder a lado de mi pequeñito pero sin embargo fue uno de los motivos por los que entendía la vida era tan maravillosa, los nacimientos de seres tan preciosos son obsequios y formas en las que Dios nos expresa su grandeza. Adrianito se convirtió en uno de los motivos por los que yo quise luchar en cada momento durante mis tratamientos, porque es que yo no quería, ni quiero perderme todos sus momentos especiales. Como el de hoy, en el que cumple un año y me da tanto gusto saber que si voy a estar con él. Y así es, hoy todos estamos felices, porque nuestro angelito sigue creciendo sanito, sigue regalandonos sus sonrisas, sigue siendo motivo para estar juntos y verlo reir.

Siempre que veo a mi gogito, pienso que él es una oportunidad para hacer las cosas bien, para reivindicar cualquier error, para darme chance a que me dé gusto vivir la vida. Cuando lo veo reir, también se me antoja ser niña e indefensa otra vez y vivir así la simplicidad de lo que me rodea, pero si hay un deseo incontenible es que mi pequeño gogito tenga en su vida siempre AMOR. Que sea feliz y que cuando sienta tristeza sepa pedirle a Dios que sane su corazón, que aprenda de la vida y de las personas siempre, que abra sus ojitos al sorprenderse cuando descubra lo que en la vida acontece día a día y que ante cualquier situación sea fuerte y que no se rinda con ninguno de sus sueños.

Si algún día lees esto, mi amor, hoy en tu primer añito quiero que sepas que naciste para darnos a todos una lección de amor.

Feliz primer año.
Feliz tú, siempre.
Felices nosotros.

Te quiero gogito.

Tu madrina.