Siempre me daban miedo dos cosas de mi relación con Dios: Olvidame de él pese a todas sus bendiciones y perder la fe en su misericordia.
Bueno, desde que me sucedió todo esto del cancer, yo decía siempre: ¿PORQUE YO?, siempre que lloraba con quien sea que fuese decía eso, siempre pensaba que nunca habia sido tan mala como para merecerme un "castigo" así, menos mi mamá que era la persona más noble que conocía como para que su corazón se parta de dolor con esto, siempre pensé que estuve cerca de Dios desde pequeña, estudié en un colegio católico toda mi vida, participábamos activamente en la Iglesia, yo era monaguilla, siempre estabamos dispuestos a ayudar a quien sea que fuese, no es que mi familia y yo fuésemos perfectos ó fanáticos de Dios y esas cosas pero siendo honestos siempre hemos estado cerca de Él.
Pero es que Dios no "castiga", Dios no nos envía estas pruebas porque es malo ni nada de eso, yo nosé porque sinceramente pero si sé que jamás nos envía algo que no podamos soportar porque sino creanme que estaría muerta, por el contrario nos envía todas las armas para luchar y en mi caso particular creo que Dios me envia esto con un propósito que algún día conoceré y que cada acontecimiento, cada persona que conozco en este camino, Él los ha colocado sin lugar a duda. Y un pequeño paréntesis... mi psicologa, me dió una contrarespuesta a mi pregunta del "¿PORQUE YO?", ella me dijo: "Ale, ¿PORQUE TÚ NO?. Tienes alguna corona?, alguna etiqueta que te haga diferente al resto?" y suaaaaaaaaaa, tu Mariale al piso, estrellada peor que huevo en el sartén. Asi es queridos amigos, el cancer, el sida, las desgracias, la misma muerte no escatima raza, color, condicion social, sexo, religión, NADA. Ese tipo de hechos simplemente suceden, asi que no busquemos más PORQUES, en nada a nuestras vidas, por favor... Cerrado el paréntesis.
Pero es que Dios no "castiga", Dios no nos envía estas pruebas porque es malo ni nada de eso, yo nosé porque sinceramente pero si sé que jamás nos envía algo que no podamos soportar porque sino creanme que estaría muerta, por el contrario nos envía todas las armas para luchar y en mi caso particular creo que Dios me envia esto con un propósito que algún día conoceré y que cada acontecimiento, cada persona que conozco en este camino, Él los ha colocado sin lugar a duda. Y un pequeño paréntesis... mi psicologa, me dió una contrarespuesta a mi pregunta del "¿PORQUE YO?", ella me dijo: "Ale, ¿PORQUE TÚ NO?. Tienes alguna corona?, alguna etiqueta que te haga diferente al resto?" y suaaaaaaaaaa, tu Mariale al piso, estrellada peor que huevo en el sartén. Asi es queridos amigos, el cancer, el sida, las desgracias, la misma muerte no escatima raza, color, condicion social, sexo, religión, NADA. Ese tipo de hechos simplemente suceden, asi que no busquemos más PORQUES, en nada a nuestras vidas, por favor... Cerrado el paréntesis.
Yo desde un inicio de mi enfermedad estaba renuente con Dios, no quería rezar. Me enfadé con Él, no quería nada que tenga que ver con santos ni nada, no creía en que podía darme una oportunidad, me frustraba porque sentía un cambio enorme en mi vida, todo se había transformado y yo estaba en medio de todo ese cambio sin poder hacer nada. Mi sufrimiento espiritual era enorme, parecía una pesadilla.
Pero solo una cosa podía haberme hecho reaccionar a que Dios aún estaba en mi vida y que no me había abandonado. El amor, sí el amooooooooooooooooooooouuur (voz romántica), no el amor de pareja sino el amor de mi familia. El amor de mi mami en cada uno de sus abrazos y por estar conmigo en cada paso de este camino, el amor de mi hermana por reconstruir nuestra relación, el amor de mis tíos Malú y Alberto que me quieren como hija y cambiaron su vida por atenderme todos los días desde que vivo yendo y viniendo de Lima, el amor de mis primos Beto, Carlos y Graciela que son como mis hermanos siempre haciéndome reir, el amor de mi abuelita Yeni pretendiendo ser siempre fuerte ante la vida, el amor de mi padrino Guillermo dándome la mano siempre después de cada operación, el amor de mis tías Alba, Dalila y Rosana dejando sus vidas por ratos por hacerme la mía más llevadera, el amor de toditos mis primos porque siempre están dándole animos a mi mami, a toda mi familia en general aquí ó en otro lado. Y obviamente el amor y cariño de mis amigas, las mejores y las que están conmigo toda una vida. Mi goyita Ana Paula, Nadia, Claudia, Paula, Johana, Luciana, Karina, Carolina, etc. Mis amigas de lejos, mi Melko a quien extraño con todo mi corazón al igual que a mi Carmín y Tefo. Mi mejor amigo Luis, mi bolay que siempre cumple mis caprichos. Mi chica favorita, mi mejor amiga universitaria, mi Sofi. Mis amigas de cole, mi promo entera que se movilizó para hacer una misa linda por mi salud, que siempre estaban al pendiente. Mis amigos y conocidos que asistieron a una pollada profondos para ayudarme con algunos gastos económicos e inclusive muchas personas que hasta sin conocerme tenían gestos lindos conmigo, como mensajitos ó llamaditas. Parece mentira pero todo eso forma una fuerza enorme en uno, todo ese amor que recibí fue mi primer impulso para dar los primeros pasos en mi batalla. Siempre diré que todos esos gestos, esos sentimientos lindos para conmigo, hicieron que construya una fortaleza, ladrillo por ladrillo, día a día me sentía fuerte y con ganas de seguir y eso solo se lo podía atribuir a Dios que jamás nos abandona aunque por ratos parezca que sí, El está en cada momento, en cada persona, en cada sonrisa. Yo lo he comprobado.
Mi fe se volvió muy fuerte, mis oraciones también. Mi refugio era ÉL, mi calma y mi tranquilidad también. En cada operación ó en cualquier situación que involucraba miedo ó dolor, yo cantaba una canción en mi mente, una que se llama "Mi pensamiento eres tú", eso me hacía trasladarme a algún momento bonito en el que era completamente feliz y pasaba tranquila mis pruebitas. Sin embargo cuando todo parece que toma forma siempre hay situaciones que suceden porque la vida es asi, no es rígida, no es como uno quiere. Uno sufre decepciones y en el transcurso de esta experiencia no sólo me sentí triste por mi enfermedad sino que también sucedieron ciertas cosas que a uno pueden hacerlo pensar que Dios nos golpea tan fuerte que ya no tenemos fuerzas para seguir, como decía yo: "Encima de piedras, palos" y de verdad sentía eso. Sin embargo, aprendí que es muy cierto eso de que algunas personas llegan a tu vida para enseñarte algo y luego irse. Bueno a mi me enseñó alguien que soy una buena amiga, que jamás falté y que siempre fui honesta y que por esos motivos fui demasiado para estar en su vida durante diez años, haber compartido tanto para luego irse no dejando un vació sino un sinsabor que luego pasó a no ser nada. Gracias a Dios yo no le guardo rencor a nadie, ni a ella ni a él, el drama y el show no son parte de mis días y por el contrario siempre pienso que la vida siempre se encarga de cada uno de nosotros.
Pero como dije la fuerza nunca me faltó, cualquier cosa era segundo plano en mi vida después de mi lucha contra el cancer. Y bueno más fuerte que Thor y a lado de las personas que más me quieren, salí adelante de todo, me desahuevaron asi literal jaja y mi mente se abrió en una, empezé a rehacer mi vida, parecía que la Mariale de antes volvía y yo feliz. Pero cuando el bicho otra vez apareció, me desmoroné, odié mi vida, odié al mundo y fua emo otra vez. Obvio, era entendible pero había algo que yo no entendía: mi fe desapareció. Mi confianza en Dios no la encontraba en ningún lado. Creo que eso era lo que más me dolía, más que saber que debía cambiar mi vida otra vez, dejar mi nuevo trabajo, mi casa y hacerme quimio, radio ó lo que sea que fuera.
Yo lloraba, no por mí. Sino porque recriminaba que si Dios estaba en algún lado, se acordara de mi y que me enviase alguna señal para recuperar mi fe. Y asi las señales aparecieron, de manera brusca talves y con dolor a cuestas, pero apareció al final del camino la luz otra vez. Toda mi angustia valdrá la pena, mi desconfianza y frustración también. Cuando regresé a Trujillo, fui a visitar al padre Edinson, yo lo busqué porque necesitaba que alguien me explicara que pasaba en mi vida. El padre me escuchó por cerca de una hora, le conté tantas cosas y entre lágrimas le decía que me sentía golpeada por Dios, que sentía que no paraba su ensañamiento conmigo, que ya no confiaba en Él y que ya no podía más. Sin embargo, el padre Edinson me dió una nueva perspectiva. Él me dijo: "Alejandra, no crees que Dios realmente quiere que todo eso se vaya de raiz y lo envía asi de pronto para que talves en unos años ya no haya nada que hacer?" y yo de verdad jamás pensé eso. Luego él continuó: "No decaigas justo ahora, donde todo se pone más duro, no pierdas tu fe, sé fuerte, Dios te ama y Él ya te ha demostrado que jamás te dejará sola, confía en Él". Nosé si es porque la persona que me decía era eso un sacerdote, pero yo pensaba que de verdad quien me hablaba era Dios, porque todo eso que me dijo ya me lo había dicho mi madre, mis tías y muchas personas, pero yo ni quería escuchar. Pero con el Padre fue diferente, era como si las palabras estaban acompañadas de alguna luz que te hacía ver el camino. Finalmente el Padre me dijo otra palabra de la cual yo me había olvidado: ESPERANZA, él me dijo que yo aún tenía una y que mientras la esperanza esté en mi corazón yo iba a seguir adelante e iba a ser quien transmitiese esa misma esperanza a otras personas que atraviesen momentos difíciles. Me confesé, oré entre lágrima y yo recordaba la parábola del Hijo Pródigo que siempre recuerdo del colegio. Yo me sentía la hija pródiga que volvía a su padre, arrepentida por haber perdido la fe. Salí de la casa de los Padres con mi mami y estaba lloviendo maleado. Sentí una paz en mi corazón enorme! Como hace mucho tiempo no la sentía. Ahi entendí que Dios jamás me había dejado, que todos esos momentos terribles me harán una mejor persona y que no me iba a morir ni nada asi, sino que iba a vivir para ayudar a otros que padecen talves lo mismo que yo, ayudarlos a vivir siempre en ESPERANZA.
Pero solo una cosa podía haberme hecho reaccionar a que Dios aún estaba en mi vida y que no me había abandonado. El amor, sí el amooooooooooooooooooooouuur (voz romántica), no el amor de pareja sino el amor de mi familia. El amor de mi mami en cada uno de sus abrazos y por estar conmigo en cada paso de este camino, el amor de mi hermana por reconstruir nuestra relación, el amor de mis tíos Malú y Alberto que me quieren como hija y cambiaron su vida por atenderme todos los días desde que vivo yendo y viniendo de Lima, el amor de mis primos Beto, Carlos y Graciela que son como mis hermanos siempre haciéndome reir, el amor de mi abuelita Yeni pretendiendo ser siempre fuerte ante la vida, el amor de mi padrino Guillermo dándome la mano siempre después de cada operación, el amor de mis tías Alba, Dalila y Rosana dejando sus vidas por ratos por hacerme la mía más llevadera, el amor de toditos mis primos porque siempre están dándole animos a mi mami, a toda mi familia en general aquí ó en otro lado. Y obviamente el amor y cariño de mis amigas, las mejores y las que están conmigo toda una vida. Mi goyita Ana Paula, Nadia, Claudia, Paula, Johana, Luciana, Karina, Carolina, etc. Mis amigas de lejos, mi Melko a quien extraño con todo mi corazón al igual que a mi Carmín y Tefo. Mi mejor amigo Luis, mi bolay que siempre cumple mis caprichos. Mi chica favorita, mi mejor amiga universitaria, mi Sofi. Mis amigas de cole, mi promo entera que se movilizó para hacer una misa linda por mi salud, que siempre estaban al pendiente. Mis amigos y conocidos que asistieron a una pollada profondos para ayudarme con algunos gastos económicos e inclusive muchas personas que hasta sin conocerme tenían gestos lindos conmigo, como mensajitos ó llamaditas. Parece mentira pero todo eso forma una fuerza enorme en uno, todo ese amor que recibí fue mi primer impulso para dar los primeros pasos en mi batalla. Siempre diré que todos esos gestos, esos sentimientos lindos para conmigo, hicieron que construya una fortaleza, ladrillo por ladrillo, día a día me sentía fuerte y con ganas de seguir y eso solo se lo podía atribuir a Dios que jamás nos abandona aunque por ratos parezca que sí, El está en cada momento, en cada persona, en cada sonrisa. Yo lo he comprobado.
Mi fe se volvió muy fuerte, mis oraciones también. Mi refugio era ÉL, mi calma y mi tranquilidad también. En cada operación ó en cualquier situación que involucraba miedo ó dolor, yo cantaba una canción en mi mente, una que se llama "Mi pensamiento eres tú", eso me hacía trasladarme a algún momento bonito en el que era completamente feliz y pasaba tranquila mis pruebitas. Sin embargo cuando todo parece que toma forma siempre hay situaciones que suceden porque la vida es asi, no es rígida, no es como uno quiere. Uno sufre decepciones y en el transcurso de esta experiencia no sólo me sentí triste por mi enfermedad sino que también sucedieron ciertas cosas que a uno pueden hacerlo pensar que Dios nos golpea tan fuerte que ya no tenemos fuerzas para seguir, como decía yo: "Encima de piedras, palos" y de verdad sentía eso. Sin embargo, aprendí que es muy cierto eso de que algunas personas llegan a tu vida para enseñarte algo y luego irse. Bueno a mi me enseñó alguien que soy una buena amiga, que jamás falté y que siempre fui honesta y que por esos motivos fui demasiado para estar en su vida durante diez años, haber compartido tanto para luego irse no dejando un vació sino un sinsabor que luego pasó a no ser nada. Gracias a Dios yo no le guardo rencor a nadie, ni a ella ni a él, el drama y el show no son parte de mis días y por el contrario siempre pienso que la vida siempre se encarga de cada uno de nosotros.
Pero como dije la fuerza nunca me faltó, cualquier cosa era segundo plano en mi vida después de mi lucha contra el cancer. Y bueno más fuerte que Thor y a lado de las personas que más me quieren, salí adelante de todo, me desahuevaron asi literal jaja y mi mente se abrió en una, empezé a rehacer mi vida, parecía que la Mariale de antes volvía y yo feliz. Pero cuando el bicho otra vez apareció, me desmoroné, odié mi vida, odié al mundo y fua emo otra vez. Obvio, era entendible pero había algo que yo no entendía: mi fe desapareció. Mi confianza en Dios no la encontraba en ningún lado. Creo que eso era lo que más me dolía, más que saber que debía cambiar mi vida otra vez, dejar mi nuevo trabajo, mi casa y hacerme quimio, radio ó lo que sea que fuera.
Yo lloraba, no por mí. Sino porque recriminaba que si Dios estaba en algún lado, se acordara de mi y que me enviase alguna señal para recuperar mi fe. Y asi las señales aparecieron, de manera brusca talves y con dolor a cuestas, pero apareció al final del camino la luz otra vez. Toda mi angustia valdrá la pena, mi desconfianza y frustración también. Cuando regresé a Trujillo, fui a visitar al padre Edinson, yo lo busqué porque necesitaba que alguien me explicara que pasaba en mi vida. El padre me escuchó por cerca de una hora, le conté tantas cosas y entre lágrimas le decía que me sentía golpeada por Dios, que sentía que no paraba su ensañamiento conmigo, que ya no confiaba en Él y que ya no podía más. Sin embargo, el padre Edinson me dió una nueva perspectiva. Él me dijo: "Alejandra, no crees que Dios realmente quiere que todo eso se vaya de raiz y lo envía asi de pronto para que talves en unos años ya no haya nada que hacer?" y yo de verdad jamás pensé eso. Luego él continuó: "No decaigas justo ahora, donde todo se pone más duro, no pierdas tu fe, sé fuerte, Dios te ama y Él ya te ha demostrado que jamás te dejará sola, confía en Él". Nosé si es porque la persona que me decía era eso un sacerdote, pero yo pensaba que de verdad quien me hablaba era Dios, porque todo eso que me dijo ya me lo había dicho mi madre, mis tías y muchas personas, pero yo ni quería escuchar. Pero con el Padre fue diferente, era como si las palabras estaban acompañadas de alguna luz que te hacía ver el camino. Finalmente el Padre me dijo otra palabra de la cual yo me había olvidado: ESPERANZA, él me dijo que yo aún tenía una y que mientras la esperanza esté en mi corazón yo iba a seguir adelante e iba a ser quien transmitiese esa misma esperanza a otras personas que atraviesen momentos difíciles. Me confesé, oré entre lágrima y yo recordaba la parábola del Hijo Pródigo que siempre recuerdo del colegio. Yo me sentía la hija pródiga que volvía a su padre, arrepentida por haber perdido la fe. Salí de la casa de los Padres con mi mami y estaba lloviendo maleado. Sentí una paz en mi corazón enorme! Como hace mucho tiempo no la sentía. Ahi entendí que Dios jamás me había dejado, que todos esos momentos terribles me harán una mejor persona y que no me iba a morir ni nada asi, sino que iba a vivir para ayudar a otros que padecen talves lo mismo que yo, ayudarlos a vivir siempre en ESPERANZA.