domingo, 12 de enero de 2014

Y el resto de la historia...

 
Ya pasaron 5 meses desde que me enteré que tenía cáncer. Y mil cosas han pasado; entre buenas, malas y peores.
 
Pasé por 4 operaciones, y todo eso involucraba resonancias, tomografías, sustancias de michi llamadas contrastes, miles de examenes llámese agujas, sangre y los post operatorios con dolores insoportables, mal humor, estrés, webadas y más. Episodios que felizmente se disipan cada vez más en mi mente.
 
Es jodidamente doloroso todo lo que uno atraviesa y eso que aún mi camino no acaba, mi bicho me dio una tregua bien caleta. Se "fugo" un tiempo, como todos los doctores a los que fui dijeron que mi tratamiento era netamente quirúrgico, me abrieron (literal) las veces necesarias. La segunda vez para una cuadrantectomia que solo arrojó que mi bicho era inquieto y tragón. Y entonces llegó uno de los momentos más feos... mi doctora, a la cual adoro, tuvo la horrible labor de decirme que debía quitarme una bubbie. Sí, me tenía que hacer una mastectomía y colocarme una prótesis para que trate de sobrevivir a tal trauma, porque era la único que podía detener a ese bicho pesado. Yo la miré tan triste y tan decepcionada, no de ella sino de la vida. Y ella como siempre tan recia y directa, me dijo: "Alecita carajo no tienes opciones, es tu teta ó tu vida" (jajaja). Yo, toda amargada, le dije: "porque me haces esto, tú me dijiste que no me pasaría nada".
 
Salí desplomada, no sabía como tomar la noticia, llorar ya era parte de los días pero luego que seguiría. Y la incognita en mi cabeza, yo imaginaba mirarme al espejo sin una bubbie, me imaginaba un mounstruo femenino, la versión sexy de allien, mil cosas.
Me había olvidado que sí efectivamente la ciencia avanza y ahora te ponen protesis de silicona, obvio me pondrían una. Pero vamos, ¿quien quiere que la mutilen?, ¿quien quiere que te saquen una bubbie y te pongan algo ajeno a tu cuerpo? (mientras escribo esto bajo la mirada y veo a mi bubbie siliconeada y pienso en cuanto la odie por días y días porque me causaba un dolor insoportable). Sin embargo, mi dra. tenía razón no tenía otra opción, asi que sin querer queriendo no sé ni como me inserté la idea en el cerebro, chapé avión y fui a mi ciudad por unos días para regresar "recargada" para seguir con la cirugía y todo lo que ella implicaba.
 
Regresar, fue tormentoso en mil aspectos. Familiares, personales, amicales, etc. Un viacrucis!
Del que no hablaré aquí porque este espacio es para hablar de mi lucha contra el cáncer y no de lo que en cierto modo pasa a un segundo plano.
 
Pero... me repuse, mi psicóloga me ayudó un montón. Y como soy fuerte como el roble y recia como mi amigo André cuando está borracho. Regresé, con mamá siempre como mi angel guardian. Y me operaron, me quitaron mi bubbie y me dolió como mierda el post operatorio. No podía respirar, la morfina me aniquilaba con los vomitos, odiaba al mundo, enmudeci por 15 días y para colmo odiaba a mi cirujano plástico (en sentido figurado) porque él fue él único que hizo que me levante de la camilla a la que yo juraba y perjuraba que estaba pegada jajaja eso si es ridículo pero era tanto el dolor que mi espalda se contracturo y no podía moverme. Y él y sus maneras bien dulceeeeeees de hablarme, me pararon en una. Lloré y lo p*tee mentalmente muchas veces pero desde ahí mejore. 07 días internada, casi un mes sin poder dormir por las noches y necesitando ayuda de todos los bomberos de Lima para levantarme de la cama, pude con ese episodio. Recupere el habla un sábado cuando mi madre me llevo a caminar a la mala. Y desde ahí me recompuse de a pocos, a medida que el dolor bajaba, yo salía del cascarón.
 
Me ilusionaba que debía regresar a graduarme el 30 de noviembre. Jamás me olvidaré de ese día. Fue mi primer momento feliz en meses, tenía tanta ilusión y sí fue lindo y rápido felizmente (jeje). Luego fuimos a un restaurante en un lugar campestre de Trujillo, estaban todas las personas que más me importaban menos mis hermanitos que están lejos pero fue muy divertido carajo. Baile buenazo, también comimos rico. Me reí como loca y también lloré en el brindis con las palabras de mi padrino, de mi mami y de mi amiga la hormiga.
 
Diciembre, fue un mes horrible. Al inicio no, porque conseguí trabajo en el lugar donde siempre había querido trabajar y porque empecé a ir al gym con mi amiga la miss turismo y era genial, super diver y parecía que todo empezaba a ser como antes. Claro que yo debía hacerme controles y esas cosas pero normal, yo feliz con reincorporarme a mi vida de a pocos. Sin embargo no me duró mucho, como dije mi bicho solo me dio tregua porque me volvió a atacar en ese mes. Me arruinó la Navidad con la incertidumbre de saber si era ó no el condenado y me recontra arruinó el año nuevo con los resultados positivos. En resumidas cuentas, mi bicho no se llenó con comerse mi bubbie sino que ahora nació un primo de él en lo poco que dejaron de tejido y amenaza con irse por todo mi cuerpo si es que alguien no hace algo para que se calme de una vez por todas.
 
Y bueno me la pase llorando en las vísperas del 2014, pensando en que me iba a morir pronto, que no sabía que me esperaba, que mi familia me daba pena, que mi mamá ya no iba a poder más, que tendré que dejar de trabajar, mil cosaaaaaaaaaaaaaaaaaaas.
Pero... me paré, detuve el llanto. Me tuneé y mande al carajo el cáncer por un rato. Me puse sandalias amarillas a falta de calzón y me fui a casa de mi abuela con mi hermana y el resto de mi familia. Pasamos un bonito momento pero la idea y el tormento no se van de la noche a la mañana...
 
 
 

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