Cuando me pongo a pensar que podría decir de este día se me ocurren mil cosas, hablar de ese día ahora es obviamente más fácil, recordarlo es repetir la misma cinta en definitivo la perspectiva es diferente.
Un día antes de que mi mamá tenga la misión de explicarme lo que sucedía en esos días de misterio... Yo era una chica normal, ya había acabado la U, tenía un trabajo estable, vivía ansiosa por alcanzar mis metas, no había mayor drama, yo vivía feliz.
Ese día, el 08, me levanté un poco tarde y acelerada, tenía que vestirme e ir a trabajar. Recuerdo que camine media dormida a lavarme la cara y mientras tanto pensaba que me iba a poner, tenía que estrenar unos zapatos que recién me había comprado. Y de pronto escuché la voz de mi mamá que dijo: "Ale, ven" y yo caminé a su cuarto, me senté frente a ella sin imaginar nada. Mi mamá me miró de una manera extraña y de pronto soltó la bomba... de eso no recuerdo mucho, el shock emocional fue devastador. Solo sé que todo se nubló alrededor mío, mi hermana me abrazaba, mi mamá lloraba y me pedía que reaccione, mi pequeño Nacho (mi schnauzer precioso) brincaba encima mío todo nervioso porque intuía lo que sucedía. En ese preciso instante el cáncer cobro su primera factura, se robó algo mío, se robó mi ilusión por vivir.
Como si fuese una película donde yo solo era la expectadora. Ahora todo lo veo pasar como fotografías en mi mente... Ana Paula a lado mío tomándome la mano y diciéndome que todo saldría bien, Nadia abrazandome fuerte y diciéndome que no debía llorar. Mi tía Alba decía que haríamos de todo para salir de esto, mi tía Rosana lloriqueaba, los teléfonos sonaban, el timbre no paraba y yo seguía ahí mirando el inicio de mi película.
Un par de horas más tarde, estaba frente a un primer médico que me daba alcanzes de lo que sería mi vida desde entonces. Escuchaba términos médicos que me bombardeaban el cerebro, cogía los caramelos de cortesía y no imaginaba nada, solo quería salir huyendo de ahí. Pero no, de pronto ya estaba subida en un avión con toda la claustrofobia encima y cogida de la mano de mi mamá.
Lo primero al bajar del avión, fue el abrazo de mi primo Carlos, tan fuerte que me sentí protegida. Mi familia, mis aliados siempre desde entonces, me esperaban para empezar conmigo este camino que parecía incierto y que poco a poco fue tomando forma.
Yo fui diagnosticada con un tumor maligno llamado Phyllodes. De aparación rara, 1 cada diez mil mujeres puede tener uno, no existen estadísticas exactas que a mujeres menores de 30 años pueda atacarlas, se instalo en mi mama derecha. Es un cáncer extraño, recurrente y se alimenta de lo que encuentra a su paso así como un pacman. Y bueno esa es la descripción de mi bicho.
No es mala suerte, no es genético, no es que no me cuidé del cáncer. No es nada de eso. Es que simplemente me tocó a mí y esta pausa en mi vida me ha provocado lágrimas, tristeza, enojo, resentimiento, ira y hasta locura por ratos pero también me dio fe en Dios y confianza en mi familia, me dio la oportunidad de saber que es la vida y que es luchar contra un enemigo que no conoces. Mantenerte en pie pese a que te caíste muy fuerte. Sonreir y entender, asimilar y sobrellevar.
De eso se trata mi nuevo mundo, bienvenido a mi ONCOWORLD :).
Estoy segura que al leer este fragmento tuyo, muchos te hemos acompañado aún sin conocerte con nuestras lágrimas, no de lástima, sino de compasión humana, de saberse tan frágiles ante enemigos así. Saldrás de esta Alejandra. Confía en Dios, las oraciones a tu favor, los médicos y tu fuerza interior. Saludos... :)
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